lunes, 7 de enero de 2019

La primera noche


Era un mar o era un cielo, al principio no se puede distinguir.


Primero fui un rostro  y después unas manos, y a la distancia otro pulso pude notar. Realmente aparecimos de la nada, como materia y luz chorreando del Big Bang. Primero fui un rostro y después una voz. Así, fue el beso antes que la palabra, y el instinto le sucedió a la timidez. Existirá por siempre esa primera noche en el laberinto del recuerdo.


No es el primer viaje, pero este lugar es nuevo para mí.


Ella dibuja un mapa y cobija una fe. Su risa es el manto y la pasión es su cruz.

Yo camino a su lado y descubro la flor. No es otro mundo sino otro tiempo. Solo ella lo sabe y me entiende. 


Antes se perdió ella en ese bosque, en aquella cueva …


Luego, viajé yo a buscarla; con temor atravesé el último crepúsculo y la encontré en esa primera noche.